MOTIVO


RUBICÓN





EMPEZAR
Después 
De la eclosión
Perder 
En ellos 
El párpado
Entrar 
En el rictus 
Del descreimiento
Donde no deja de sonar la plegaria
Porque no deja de sonar 
Con tu nombre
No deja de decir
Aunque nada se ciegue 
En el dolor
No dejan de caer de ti
Dentro de ti
Viéndote caer
Sabiéndote caer
Después de haber seguido
La cola de un cometa en que no crees
Porque no puedes beber
En lo que sabes
No puedes leer
Palabra 
Nueva




“EL MOTIVO”, 
Y una hendidura duele 
A la izquierda, en la cabeza 

Dejarse en el grifo abierto 
El único acertijo, 
Salmo donde no habita más que esperar 

Que la voracidad 
De este escribir 
Tejer, para creer la araña. 

Y el pespunte de hilo negro 
De la farsa cada equis, 
En una incapacidad de lágrima, 
En una 
Cojera de análisis. 

Sólo el grifo y el corazón  comido 
Como uña por su 
Propia manera, 
Charada de tuerto y ciego en una
Habitación sin vano 

Llamada Recuerda.




ESTE ES EL JUEGO
Al que puedes  
Jugar

Aguar

Hasta 
Anegar 
La réplica. 

Cincelar 
El ergo 

Flor de ergo 

Cincelar

Acanto 

Del ergo.

Centellea 
En la vida 
El histrión, 

Por la rotura 
Su sombra
Maledice,

Ensucia la paloma

El vuelo 
Que no hubo 
Pronunciado.

Aterido 

El minutero

Supura 

Ever

More 

Sangra 
Donde la brizna 
Ominosa 
Transcribe

En el blanco 
Ojo trágico, 
Camino

Y ríe n 
el aplauso 
Las máscaras

El goan de 
“muñones 
para 
bellum”



HACES DE LUZ EN LA MEMORIA DE UN HERBARIO



ES UN GIRAR EL RUIDO que hace pequeña la casa. 
Acordes, turbinas, flecos de palabras que devienen. Olor. 
Al trasluz, la limpieza devuelve floraciones de tiempo, 
Cuajarones donde estamos y aún se pronuncia 
La pala que nos cava, sin principio, el émbolo de fuimos. 
Qué lenta luz cayendo hacia arriba, 
Qué despacio entre las columnas de partículas, 
Entre las hélices de polvo mezcladas con piel muerta de la casa.
Exuda una oración el ojo por lo que no sabe de sí. 
Siente el pecho la piedra que se hunde, 
La que no existe y explica al reescribir los objetos en el tacto. 
Nombra y apresa en la desmemoria con la ceguera de un instinto. 
Por la rendija arrastrado como por una ventana, 
Sentir el cuerpo caer dentro de sí, tan pesado y diferente a la luz


SIN EL ESPEJO MÚLTIPLE del añico de agua
Con un nudo en el rostro
Con las manos frías       las palabras 
(El pájaro en el cuenco de las manos)
Vas produciendo nombre 
Vas tirando de la red hundida en el no lugar
De los desagües de la torre de marfil
Donde se canta nombre
Donde se ora runa incomprensible
Dejar venir los cuervos del reconocimiento
(Con su grumo en el pico, ¿quién no los ama?)
Hozar la cucharada que se lame en el pánico 
Donde luego se mira el rostro, sabiendo
Que es pan sin milagro, pez memorialista 
Pez dentro del agua, tan negra
Nunca mais del acerón a la boca, tan amargo
Never more de las ruedas de seis horas 
Donde el cúmulo de dolor mezcla con el cuajo de ridículo 
Sin el espejo múltiple que lo borre en la lágrima 
Pan sin milagro en el pico 
Dejad que los cuervos se acerquen con la verdad de los niños, 
A trocar por cecina 
Enfrentar siempre con siempre en el humor de más-negro
Atados ave y mano a la piedra de más-hondo 
(un timbre)
Con la incisión sorpresiva de más-malo 
Después de tocar en la puerta dos veces
Gritar por la punzada y masticar la sangre 
Para tragar el pecio de pelele en la rueda de rostros
Cuando estabas a punto de pasar por la quilla
Una barracuda viene y te saja la pierna
Una sombra viva que te arranca de la metáfora y te hunde en la precisión del   número.
Pan sin milagro en la ostia 
Poco a poco cunde una eternidad en la sangre donde se pregunta 
Quién es el reflejo 
Quién 
No


NUEVAS A borbotones.
Los heraldos del timbre azuzan la sangre hasta arder la mañana: 
En la madera verde de designios  ¿Cuántas veces no habrá 
Cambiado la moneda en horas?
Vienen los pájaros ciliares enloquecidos del ceño
¿Dónde está la linde al mirar el espejo? 
En el motín discursivo en que se pierde la flema 
Y asoma la comezón, corre el pollo sin   
  Cabeza de las diatribas 
Hilachas de designios en torno lucen como sedas de caracol. 
Aprietan una noche que tiembla 
Un gajo de sentir en la ceguera de mil ojos 
Donde hay espejos que decantan preguntas e infinitesimales caballos en la locura del Nombre
Tiran 
De los cuatro puntos cardinales frases que no acaban, 
Roturas y cierres en la caligrafía 
Donde asoma el berrido de dejarse
Para la ceremonia pueril del vacío de la boca.



LLUVIA DE PALABRAS que no consigue apagar
La casa
¿Oíste la campana de la torre 
o fue la sangre un ojo abierto? ¿Ahora es 
Volver o ya era volver por la roída intrahistoria 
Como sombra a los pies que no deja:

Ha pasado el camello por el oh de la aguja: 
Nada consiguió del mirlo blanco 
¿Oíste que llamaban? 
¿Y por qué no dormirte en el dulce humo 
Dejarse hacer la perla en la concha de ceniza
Borrarte de la runa que no estás destinado a comprender?



RECUERDA LA CASA devorada por el termes. 
La mañana pesa 
Se desteje en las cornisas 
En las antenas: 

Abajo 
Pulso de coches
Hay una piel viscosa que no puede distinguir 
Mi mano y los enseres. 
De lejos música:

Recuerda a la casa en la quietud opaca 
De este azul inescrutable 
Porque no tiene nada que decir.   



VAS AL PUDRIDRERO DE SIRENAS



SE VIENE dando solo 
Poco a poco afirmando 
Tras lo que se está 
Endureciendo de la niebla: 

La herida fuera 
De nombre. Su simpleza
Su fijeza en un tiempo tumefacto 
Su “balbuce esquirlas”: 

Roer canciones 
En gargantas secas 
Formulaciones melladas 
Gelatinosas alquimias de ya sabes.


PORQUE POR TI maté un niño
Un niño que sólo 
Quería morir;
En las manos llenas 
De escrituras inconfesables 
Lo llevas en la brecha de llanto sin fuerza 
Ahogado en el vértice lacrimal 
Donde sella y es segundo advenimiento en derrelicto; 

Y es pastar lento dolor sin inocencia 
Luz de una estrella que secó 
En las anemias del tiempo 
Y que sabemos traída de una muerte 

Cerrados en la comezón, desasidos 
Ojos que ruedan por la boca y engrudan 
Palabras

Ojos dentro de los ojos que niegan
El párpado, que han visto 
Degenerar la flor 
Ojos inyectados de motivo 
Manos ciegas que amasan el estuvo en fue.


VIENE DANDO A LA PUERTA el viejo vivir. 
No importa quién seas 
Viene la flor retórica 
Tras las capas de raciocinio:
     Ya fuiste. 


SUBE A LAS SIENES LA TRAICIÓN 
COMO TALLO NUEVO 
¿Subiremos nosotros 
A preguntar qué a la gallina 
Que alumbra un cierre de oro 
En el huevo del sueño del gigante? 

¿O quedaremos mirando la almoneda 
En la oquedad  de culpa 
Contando las monedas falsas de haber visto?


BARNIZAMOS Las máscaras de mono
No recuerdo la música, pero
Reíamos como animales que hollaban 
Una piedra de futuro
     Descreídos
Las palomas soltamos, aves de rapiña 
Que limpiaron el hueso 
   Y fue doler 
El tuétano en el agregado de distancia 
Para volver a aprehender los nombres 

Aquellos que eran


LAS MONEDAS A CAMBIO, 
Hoy las contamos
Cavamos en el tiempo
Acarreamos 
Las mentiras que cuelgan 
De la cerviz, apurando 
Las moratorias del sarcasmo 
Con indicios de olvidar 
De olvidarnos;
Desaparecernos en la manteca 
De días, de brillar un instante 
En la lágrima, desdecirnos 
Para después rogarnos
Robarnos.


IGUAL QUE SUERO entre los cuajos 
Pasar estancias de ti 
En un volver sin control.

En ningún lugar has quedado 
¿De dónde las descoyuntadas 
Voces que llaman?

Vas cansadamente al horror de sirenas
Al pudridero de sirenas 
Y duele el no sentido 
El sorber de ojos hacia dentro. 

Y duele el pulso cual bis de la moneda,
Afirmativo pulso respira 
En cualquier 
Percha, un momento


VIVES
EN EL MIRAR el cuenco
Donde no queda ni la sombra 
De lágrima

Bajo un sol opaco 
que es fulgir
Siempre y sólo – fulgir

Sobre este secano 
Que no tiene más nostalgia
Que el no recuerdo

Que no tiene más canto
Que la matemática del eco
Y el tacto de un hilo que no llega



HAY QUE LADRAR UN PERRO UN ÁRBOL Y UNA SOGA




LA COJITRANCA RIMA
MARCA, escribe, 
Devuelta a la boca
        et nihil no llegará


HAY QUE LADRAR UN PERRO
Ladrar un árbol
Y una soga

Y que penda 
Y que decaiga 
Y levemente cumpla 

La matemática

Entonces.


HACER CON EL MIEDO 
Hacer con el ansia que
Se cuenta los dedos

Sin número y sin llanto se cuenta

Por el esperar sin párpado
Y por la mueca 
Que se aleja con la risa

Por la máscara de mono de la mueca
Hacer con el miedo
Con el sueño sin fuerza

Con el tallo que sueña con el miedo
Que mastica y mastica 
La cecina de nunca 

Como el tallo       hacer con el miedo
La runa que te nombra 
Y que no sabes  

Leer en el sueño 
La risa que te horma
Y cauteriza el alma de palabra 

De mono    con el miedo
Con el tallo sin fuerza
Con el ansia que asciende y es un búho 

Que silabea y recuenta
Los dedos que se nombran
Y no encuentra


SI SUPIERAS 
QUÉ HONDO 
Viene esta brea, 
De qué huella de luz 
Es la ajada de cal 
Con que brilla el recuerdo 
Que nos nombra 
Nos licúa  y 
Nos vierte 
Que por las bocas nos toman, 
Y sin ser una la nueva  
Cientos son 
Las fuentes 
Que nos dicen.
Una y otra vez nos dicen, 
Nos están diciendo 
En los oídos 
En los ojos 
Fulgurados, 
En la zapa de silla y cigarrillos 
La noche, la tarde 
entera. La mañana 
La tarde, cerrada 
Encima de una silla
Adentro de una boca 
Que se escribe 
La frase, 
La idea 
De la boca, 
La piedra que se hunde 
En el silencio, 
Refutada, 
La cabeza 
De perro 
Que se ahoga. 
La desmesura, 
La umbría 
La dureza.
 El límite sabido: 
Treinta veces pagada
La plata de tu 
Nombre



NANA 
DE LA UÑA
Nana 
De la huella 
De la uña
Canción opaca 
Del verbo 
Conjugado

Ceguera de la pulsión
Escritura en el 
Tuétano
Con el ala 
Sin raíz 
Del ángel

Entorpecidos 
Vamos, 
Por placentas 
Damos 
Pasos 
Sin marca,
Valses 
Sobre la luna yerma 
De un 
Espejo

¿En qué baile final 
Estamos 
Juntos?
¿En qué rito 
Vacío de nos
Otros?


Y NO PODER SALIR de este cedazo
No sublimarse ya, 
No perderse

Sólo cuñas que oscilan 
La música de sangre.
Nada que se pueda hacer, siquiera olvido




FORMULA CADA GOTA 
En el cristal 
Otro espejo

Así gira la llave,
Así se cierra 
En la deformidad 
Del bis.